Pocas veces en
el balompié mundial se ha visto la aparición
de este tipo de jugadores. En su época los argentinos lograron hacerse de la copa del mundo de México 86 solo
gracias a los pases y goles de Diego Armando Maradona. Lo mismo ocurrió con el notable
delantero Andriy Shevchenko, su fuerza y
contundencia llevó a su equipo ucraniano
hasta los cuartos de final de Alemania 2006.
Así como los dos casos anteriores la selección peruana tiene hace buen tiempo la importante presencia de
Paolo Guerrero. Y si quedaba alguna duda, el último encuentro con Colombia nos confirmó
que estamos frente a un futbolista de
otro planeta.
A pesar de
estar con una fiebre de 39 grados causada por un resfrío, esa noche fue el
mejor jugador en la cancha. Fue su gol el que nos aseguró el repechaje con la
pequeña y dura nueva Zelanda.
Por lo visto en
estas eliminatorias, es el único en el seleccionado peruano que merece
mostrarse en un mundial tan competitivo como el que se avecina, porque tiene la suficiente categoría
de los grandes cracks del momento. Su juego, su garra, su técnica no tiene nada
que envidiarle a cualquier figura del Barcelona o del Real Madrid o del mismo Juventus.
Esa moche con
Colombia mientras el resto del equipo cabizbajo se rendía resignado con la derrota y la eliminación, una pelota detenida dio la posibilidad para que Paolo con su golazo limpie de telarañas
ese travesaño cafetero, reviviendo las esperanzas
de un pueblo peruano maltratado por los bajos sueldos, la inequidad y la impunidad de la prole de genocidas y rateros.
El “sufre
peruano sufre” de Tongo parecía escucharse
esa noche pero todo cambio con ese tanto, fue en ese momento que se impuso el clásico
y agradable “Perú Campeón” canción que –dicho
sea de paso- lo intentan opacar en estas
épocas neoliberales porque por mala
suerte se creó en los tiempos del gobierno izquierdista de Velazco Alvarado.
Soy honesto,
este empate y el repechaje se lo debemos a Paolo Guerrero, sin desmerecer al trabajo
del equipo técnico y el irregular accionar
del resto de jugadores. Pero si queremos ser objetivos e imparciales y nos remitimos
a lo que hemos visto en la cancha, podemos decir que nuestra presencia en Rusia el próximo año solo dependerá de este
jugador.
No puedo cegarme con triunfalismos por ese engañoso puesto n°9 en el ranking de la FIFA,
sabiendo que el último fin de semana vimos
a Alianza, Universitario, Cristal o cualquier otro cuadro de provincias, con ese
conocido juego soporífero dentro de estadios vacíos y un gramado, en algunos casos, sintético y
rodeados con carteles publicitarios de madera y metal oxidado como en los lugares más pobres
del planeta junto a una pésima organización y como poniendo la cereza a la torta la mediocridad
de los dirigentes.
Según todo
esto, es un milagro que la selección peruana
esté peleando un repechaje, y definitivamente ese “milagro” tiene un nombre, y ese es Paolo Guerrero.
PPK amenaza con
soltar al “Chino”, y la hija de este, ha demostrado que es el personaje más poderoso del país al salir otra vez impune
de las acusaciones que tenía en su contra. Pero todo este aniego de mierda hoy no
interesa, lo único que importa es que la
selección peruana clasifique al mundial, y claro, ese objetivo solo será posible si es
que Paolo Guerrero así lo quiere, pero por lo visto, parece que está hecho de
hierro.