1989
fue un año inolvidable. Los grandes
cambios que ocurrieron en el mundo. Gorbachov y su perestroika que liquidaron a la
Unión Soviética. La caída del muro de
Berlín. La transición democrática chilena. Y aquí, Mario Vargas Llosa, como ahora, defendiendo la
plata y sus banqueros y prometiéndole al Perú esa prosperidad
mapocha que luego Fujimori con su propio
estilo corrupto y entreguista sentaría las bases para que este neoliberalismo infeste
el país por más de dos décadas. El autor
de “El pez en el agua” en plena campaña
electoral amenazaba con llevar a la
cárcel a toda la corte aprista, incluyendo
a su ministro de pesquería León alegría y
al titular de economía y hasta al mismísimo
Alan García, que ya no se atrevía a
convocar público para sus acostumbrados balconazos.
Para
alguien que terminaba la secundaria, el
porvenir lo veía con cierta expectativa,
cosa que ahora parece hasta cómico haber pensado así, porque al final entiendes
que todo era producto de una natural ceguera propia de un cándido imberbe.
Era
un país de mierda, pero no te dabas
cuenta de eso, porque eras joven y el resto te importaba un carajo, hasta una
simple canción significa más que todo en ese perro mundo.
La
tuve grabada en un casete usado, y la puse a tocar millones de veces, y la cantaba. No sabía ni mierda de inglés
pero la cantaba, la gritaba. Esa guitarra,
esos coros, una y otra vez. Era feliz,
era suficiente y la tenía grabada en ese viejo casete negro.
La
canción se llamaba carrio on til tomorrow
y era un cover popularizado por el grupo
peruano We all together y que ese año 1989
lo reactualizaba Carlos Guerrero con
una nueva versión en solitario.
Carry
on til tomorrow, there's no
reason to look back, carry
ooon carry ooon carry ooooon… Y luego venia el
solo de la guitarra eléctrica y en seguida carry
on. Una y otra vez la puse, la
escuchaba a cada minuto, a cada hora, todos los días, todos esos meses, era
1989.
Fue
tanto, que por un momento pensé que era
demasiado y que ya era el momento de
ponerle un alto a todo esto.
Un
día, escuchando la radio aproveché para grabar sobre ella otra canción, y así fue,
y cuando estuve a punto de
presionar el botón rojo, dudé y me detuve un momento ¿y si no la vuelvo a
escuchar? ¿Cómo podría ocurrir eso? Y la
borre. Acabe con ella. Total, si la puedo
escuchar en la radio otro día, pensé. ¿Otro día? ¿Otro día? Ya han pasado veintiséis años y no
he vuelto a escuchar aquel tema en
su versión de 1989 cuando Carlos Guerrero
la interpretaba como solista.
De
chiquillo cometí muchos errores pero creo
que este fue el peor de todos. Qué
idiota fui al creer que la volvería a escuchar
en la radio, que de nuevo la grabaría, porque
eso nunca ocurrió.
No lo
puedo negar, cada vez que me acuerdo, la busco en la web, pregunto en las tiendas de
discos, y no me dan razón sobre aquel tema interpretado por Carlos Guerrero en 1989,
solo encuentro aquella conocida versión setentera
del grupo, pero no esa, la de 1989. Parece como si nunca hubiera
existido, veo entrevistas de los protagonistas y ni siquiera la mencionan, nadie sabe de ella.
No
pierdo las esperanzas, sé que por ahí alguien
la posee, y algún día, por ese espíritu
solidario que aún conserva la gente
buena, seguro la compartirá con el resto
y la encontraré, y así acabará mi búsqueda; y la grabare o la bajaré, y de
nuevo la escuchare y de nuevo volveré a
sentir esas ganas de vivir, y la cantaré
y la gritaré, creeré que no existe más que esta canción con su solo de guitarra
y sus coros, y seré feliz, se los juro que seré feliz, como lo fui ese inolvidable año de 1989.